08 diciembre 2006

«La gente muere de hambre o torturada en las cárceles»

N.G. SABUGAL

LEÓN.— Torturado varias veces, condenado sin juicio previo, acusado sin pruebas y preso en varias ocasiones, Weja Chicampo ha sufrido en carne propia la falta de respeto a los derechos humanos que padece Guinea Ecuatorial. La polémica por la visita del presidente Teodoro Obiang en noviembre ha servido para recordar la terrible situación en este país. Weja llegó ayer a León de la mano de Amnistía Internacional con motivo de la celebración este domingo del Día de los Derechos Humanos.

Pregunta.— ¿En qué medida es real el proceso de democratización en Guinea?

Respuesta.— Creo que la democracia en Guinea debe hacerse sin contar con Obiang y después de una reforma constitucional en la que se incluyan los derechos de los distintos pueblos y se cree un gobierno de unidad nacional. Antes del petróleo Obiang escuchaba a la comunidad internacional porque dependía de ella, pero el petróleo le está generando grandes ingresos y ya no le hace caso. Se está enviando una gran cantidad de dinero a cuentas y paraísos fiscales.

P.— ¿Es posible hacer política en su país?

R.— No hay libertad de expresión ni política. Cuando regresé a Guinea en 2004 pensé que se podría trabajar porque Obiang había dicho que la oposición debía actuar en el país, no desde el exilio. Sin embargo cuando llegué sólo estuve seis meses en la calle. El resto permanecí en la cárcel hasta el pasado junio cuando se realizó un indulto con motivo del cumpleaños del presidente.

P.— ¿Por qué fue encarcelado?

R.— No había ningún cargo. Fue una detención brutal, de madrugada. Registraron el domicilio en el que estaba con mi hermana y mis sobrinos. Me golpearon hasta que perdí el conocimiento y cuando lo recobré estaba en la prisión de Black Beach. No hubo orden judicial ni de registro. Los hombres que vinieron estaban armados y encapuchados y no se identificaron. En la cárcel fui torturado, estuve incomunicado ocho meses y pasaron 20 meses hasta que me llevaron ante el juez. Entonces me acusaron de asociación ilícita con dos personas que había conocido en la misma cárcel y que pertenecían a otro grupo político. También dijeron que estaba distribuyendo propaganda del partido, pero no me mostraron ninguna prueba. Las detenciones en Guinea son arbitrarias, cada poco se hace una limpieza, incluso en el ejército, con la excusa de la seguridad del Estado.

P.— ¿Cómo es la situación de los presos políticos en las cárceles?

R.— A mí me daban dos panecillos para cuatro días. Hay personas que mueren de hambre allí o son torturadas y se les entierra por la noche. Los únicos que entran en las cárceles son Cruz Roja Internacional, que lleva un censo de presos para comprobar que siguen vivos. Pero a veces dicen que se les ha trasladado a otra prisión. Mucha gente desaparece.

P.— ¿Qué opina de la visita de Obiang a España en noviembre?

R.— Es inoportuna, que se haya abrazado con el rey es un insulto a la democracia española. El Gobierno tiene bastante información sobre lo que pasa en Guinea Ecuatorial y no me parece lícito que sea recibido oficialmente. Después, la respuesta que tuvo su visita, negándosele firmar en el libro de honor del Congreso ha hecho que Obiang esté molesto con España. La visita también correspondía al interés de empresas españolas de introducirse en Guinea. Ahora el presidente dice que con las petroleras estadounidenses, con las que no tiene problema, es suficiente.

P.— La posición de EEUU es esencial, ya que las petroleras son de este país.

R.— Estados Unidos ha invertido muchos millones en explotar los recursos de Guinea y sabemos que ha establecido una hoja de ruta para democratizar el país que exige la participación de partidos políticos. Se ha incluido a diez entre los que está el Maib, pero todo sigue igual.

P.— ¿Cómo vive el pueblo?

R.— Según datos manejados por varias instituciones, Guinea tiene una de las rentas per cápita más elevadas, 50.000 dólares. Sin embargo, son sólo datos estadísticos. La población tiene una economía de subsistencia y hay niños que mueren porque no tienen una aspirina.

P.— Su partido representa a uno de los grupos del país, el bubi. ¿Cómo es el respeto a las minorías?

R.— En África, a diferencia de Europa, todavía no se habla de ideologías sino de representaciones étnicas. Los bubi son un 15% de la población, pero están marginados y no participan de la política. No se contempla el derecho a las minorías. La etnia fang es la más numerosa, la que tiene el poder.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, yo estoy en esto de que aparezcan fotos en un blog de gente torturada, con el único motivo que no quiero que le pase a mis hijos tengo 32 años y no leí lo que expusiste eso es lo que pasa a nadie le importa lamentablemente , todos buscamos y nada aparece y parece como el "ya fué " se gana los aplausos, gracias por el espacio desde uruguay Daniel