15 septiembre 2008

OBIANG Y LOS LÍMITES DEL REALISMO ENERGÉTICO

La negativa del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de encontrarse con el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, durante la Expo 2008 de Zaragoza, restaura, hasta cierto punto, la reputación de España después de la débil respuesta a las elecciones parlamentarias celebradas en Guinea Ecuatorial el 4 de mayo, descaradamente manipuladas. Aún puede hacer más.

En las elecciones del pasado 4 de mayo, el partido de Obiang obtuvo el 100% de los votos en algunas circunscripciones y 99 de los 100 escaños del Parlamento, pero, al contrario que los comicios de Zimbabue, celebrados poco después, este resultado atrajo poca atención internacional. El hecho de que Madrid no haya condenado unos comicios tan manipulados supuso una amarga decepción para el líder del principal partido de la oposición guineana, Plácido Mico [secretario general de Convergencia para la Democracia Social (CPDS) y único diputado opositor]. "Esperábamos más de España pero, al final, como a todos los occidentales, lo único que les interesa es, por encima de todo, tener buenas relaciones con el régimen porque posee petróleo", declaró en mayo al diario español El País. La política española refleja una tendencia más general a dar preferencia, con el desmesurado aumento de los precios del crudo, a los intereses energéticos por encima de la democracia y los derechos humanos. Además, es una afrenta contra el valor y la dedicación de los diplomáticos españoles que, en otras épocas, sufrían el acoso constante del régimen de Obiang por su defensa de los derechos humanos y por el santuario que ofrecía España a los disidentes y activistas.

Los tradicionales lazos históricos y culturales con Guinea Ecuatorial, su antigua colonia, no se han traducido en ninguna ventaja económica respecto a las enormes reservas de gas y petróleo del país, que se descubrieron a mediados de los 90. Las implacables críticas españolas a las violaciones de los derechos humanos cometidas por el Gobierno ecuatoguineano en los 80 y principios de los 90 desembocaron en la suspensión de la ayuda bilateral y la cooperación de la Unión Europea entre 1993 y 1997. Se produjo, además, un empeoramiento general de las relaciones entre ambos Estados que tuvo consecuencias cuando se descubrió el yacimiento de petróleo de Zafiro, frente a las costas de Guinea, en 1995. Para frustración del Gobierno y de las empresas españolas, compañías energéticas estadounidenses como Marathon Oil, ExxonMobil y Devon consiguieron una influencia inmediata y duradera que les permitió asegurarse contratos de suministro energético. Sin embargo, parece que esa ventaja tuvo su precio. Según un informe de julio de 2004 de un subcomité del Senado de Estados Unidos (Money laundering and Foreign Corruption: Enforcement and Effectiveness of the Patriot Act), una serie de pagos ilegales fueron realizados por empresas estadounidenses a cuentas controladas por Obiang y su familia. El subcomité asegura que se encontró con un obstáculo insalvable: el Banco Santander apeló a las leyes españolas y se negó a dar la identidad de los titulares de una cuenta hacia la que se creía se estaban canalizando de forma ilícita los ingresos por petróleo de Guinea Ecuatorial. Esa inmunidad ante las normas bancarias internacionales va en contra del compromiso español para la transparencia internacional. España, que acogió hace poco en Madrid una reunión del consejo de la Iniciativa por la Transparencia de las Industrias Extractoras (ITIE) debe tomar, con urgencia, las medidas necesarias para eliminar las trampas legales que facilitan el blanqueo de dinero por parte de la familia Obiang y otros regímenes corruptos.


Leer más +

No hay comentarios: